VERUSCHKA
Ya estoy aquí”. Esta es la única frase que decía Vera Gräfin von Lehndorff-Steinort, alias Veruschka (Königsberg, 1938, en Blow Up. Con tres palabras y una suerte de performance sensual ante el objetivo del fotógrafo interpretado por David Hemmings, la modelo le disputó el protagonismo de la cinta a la mismísima Vanessa Redgrave.
La imagen de Veruschka tendida en el suelo mientras Hemmings la inmortaliza con su cámara ilustra el cartel de la película de Michaelangelo Antonioni. Una cinta de culto que trasladó al cine el espíritu transgresor del Swinging London, el movimiento que agitó el Londres de los años 60, y que supuso de paso la consagración de la aristócrata alemana como icono de la cultura popular.
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Para entonces, 1966, ya había protagonizado varias portadas de Vogue y Harper's Bazaar. Alta (mide casi 1,90) , rubia y con unos enormes ojos verdes, Veruschka regresa periódicamente al candelero. Lo acaba de hacer ahora en forma de campaña: la de la colección Resort de Acne. La firma sueca ha sacado a la maniquí de su plácido retiro en Berlín, donde vive entregada a la pintura y al cuidado de los animales abandonados. Por cierto, el elegido para ilustrar el lookbook de la pretemporada d otoño de la marca fue Bobby Gillespie, el líder de Primal Scream.
Veruschka se alejó del sector en 1975, en parte hastiada, en parte por sus desencuentros con Grace Mirabella, la sustituta de Diana Vreeland al frente de la edición estadounidense de Vogue. Fue precisamente Vreeland quien auspició las instantáneas más célebres de Veruschka, las que facturó durante su etapa con Franco Rubartelli. De la mano del fotógrafo italiano, a la sazón su pareja, la prusiana hizo historia.
Veruschka
¿Recuerdan la imagen de la sahariana de Yves Saint Laurent? La rubia desafiante que sostiene la escopeta es ella. Si repasan las revistas de moda de la última década no les costará encontrar similitudes entre sus primeros planos con trenzas infinitas o con el rostro enmarcado en decenas de mariposas y sus instantáneas en el desierto, caracterizada como una especie de sacerdotisa futurista, y las editoriales de Steven Meisel o Inez&Vinoodh para W o Vogue Paris. En 2014 la editorial Rizzoli recopiló en un libro, De Vera a Veruschka, 300 de sus fotografías más célebres firmadas por Johnny Moncada. “Algunas ni siquiera las había visto ”, dijo ella.
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Antes de protagonizar la campaña de Acne, Veruschka ha hecho algún que otro comeback. En 2007, por ejemplo, vino a España. El dúo de diseñadores local Ailanto presentó en Cibeles una colección inspirada en Blow Up y logró contar con la presencia de la maniquí en el desfile. Apenas pasó 24 horas en Madrid, las suficientes para fumarse un pitillo en el Retiro o recordar su relación con Salvador Dalí. En 2011 desfiló en Londres para Giles, el autor del vestido de novia de Pippa Middleton.
Su padre, el conde Heinrich Graf von Lehndorff-Steinort, fue condenado a la horca en 1944, acusado de conspirar para matar a Hitler (el arresto del aristócrata se produjo un día antes de la célebre Operación Valquiria) . Vera contaba con tan solo cinco años de edad. Este suceso trágico marcó su infancia, que transcurrió en varios campos de prisioneros. Quizá por eso decidió exprimir su vida al máximo y, sobre todo, hacer siempre lo que le ha dado la gana, llámese posar para Richard Avedon o cuidar gatitos abandonados. “Sé que podría hacer muchas cosas, pero no me interesan. Lo que realmente me importa es ser amada y tener una mente vivaz”.
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