NICOLAS GUESQUIÈRE
Nicolas Ghesquière (Nacido en 1971 en Comines, Francia. Creció en Loundun, Poitou-Charentes, Francia) es un diseñador de moda reconocido mundialmente y hasta diciembre de 2012 fue director de la casa de moda Balenciaga, propiedad de Grupo Kering (anteriormente conocido como Pinault-Printemps-Redoute). Actualmente es el director creativo de la firma francesa Louis Vuitton.
Hijo de un belga, dueño de un campo de golf en el pueblo de Poitevine en la región de Loundun y de una francesa, amante de la moda. Desde temprana edad Ghesquière disfrutó de los deportes (equitación, esgrima, natación), y muchas de sus colecciones están inspirados en ellos. Ha dicho que le encanta el elegante uniforme del esgrima. Ghesquière es fanático del director de cine estadounidense, Brian De Palma. Creció en el pequeño pueblo de Loundun en el poniente de Francia (región donde se habla Poitevin-Saintongeais). Ghesquière anunció a los 12 años que quería ser un diseñador, aunque actualmente ha admitido que esto se debió en cierto sentido a su deseo adolescente por hacer algo diferente a lo que hacían sus padres y para mitigar el aburrimiento de la vida del pueblo. Así que para cuando tenía 12 años, Nicolas hacía esbozos de vestidos en sus libretas escolares, hacía vestidos con las cortinas de su madre y, con los cristales de candelabros de su abuela, aretes.
En vacaciones escolares trabajaba en talleres de diseñadores. A los 14 años obtuvo una pasantía con la diseñadora francesa Agnès B, el cual le fue remunerado con ropa. Más adelante trabajaría con Corinne Cobson, más tarde decidió que la moda requería de un duro trabajo y volvió a su casa para terminar con sus estudios. Tras terminarlos, Nicolas trabajó de 1990 a 1992 como asistente del diseñador Jean-Paul Gaultier. Después trabajó en Pôles, diseñando la línea de ropa tejida, a lo que siguieron una serie de elecciones poco favorables incluyendo a la casa italiana de Callaghan.
Gracias a sus contactos con Marie-Amélie Sauve y Nathalie Marrec, de Balenciaga, Ghesquière eventualmente consiguió un trabajo en la firma diseñando para el mercado asiático de la misma. Ghesquière tomó, como una vez lo describió "lo que muchos podrían llamar como el peor puesto en la moda": diseñando uniformes y ropa para funerales para el mercado japonés de Balenciaga. Además, fue ascendido durante lo que se podría llamar como "tiempos críticos" para la "agonizante casa de moda"
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