ALBA GALOCHA
Esta modelo, actriz e it girl gallega posee ese “no sé qué” que tiene que tener toda maniquí que aspire a convertirse en alguien en esto de la moda. Su rostro, de una belleza racial –ojos marrones y pelo castaño– y a la vez moderna, resulta magnético. Además de eso, como otras chicas de su generación fuera de nuestras fronteras -vease Cara Delevingne-, Alba resulta real, natural y cercana, nada que ver con el punto altivo e inalcanzable de las super tops de los noventa. Ella misma se propone como icono de estilo y no ha dudado ni un segundo en zambullirse en la red para dar el estirón mediático –Galocha es muy activa en redes sociales como Instagram y hasta hace poco cuentaba con su propio blog en Vogue.es–. Consciente de la importancia de Internet como plataforma, cuida al máximo cada una de sus interaciones y se deja ver con frecuencia con otros "it" como Prince Pelayo o Am Lul.
Nació en Santiago en el seno de una familia de profesionales liberales. Pronto decidió que la moda era lo suyo y puso rumbo a Madrid para estudiar diseño. Un corte de pelo a lo garçon le sirvió para que se fijaran en ella y le propusieran hacer una campaña para la peluquería Cheska. Pese a que al principio decidió no darle importancia, revistas y marcas reclamaban cada vez más su presencia, algo que la ha convertido en una habitual de marquesinas, editoriales y pasarelas. Precisamente sobre una de éstas, en la edición de la Madrid Fashion Week de septiembre del 2012, se coronó como la mejor maniquí, un premio que supuso su consagración definitiva.
Buena conocedora de los entresijos del mundillo de la moda y admiradora declarada de Kate Moss, tiene varios tatuajes por todo el cuerpo. Reconoce que cuando no trabaja le gusta ir al gimnasio, quedar con amigos, ir al cine y leer "bastante -puntualiza-. Lo que hace todo el mundo, supongo”. En su currículim tiene campañas para firmas como Loewe , Springfield o Tezenis. La pasarela tampoco se le resiste y es habitual verla en la 080 de Barcelona, en la Madrid Fashion Week o desfilando para Louis Vuitton en París.
Reconvertida en actriz, en el 2016 estrenó su primera película No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, de la directora Maria Ripoll. " Necesitaba contar algo más, sacar algo más de mí. Después de un año en París me di cuenta de que ya estaba un poco cansada del mundo de la moda. Es un trabajo muy divertido, conoces a mucha gente, viajas… Pero con la interpretación todos los días aprendes algo", reconocía.
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