Emilio Pucci

EMILIO PUCCI

Poco o nada se podría uno imaginar que el inventor y responsable de algunas de las prendas con los estampados más coloridos y extravagantes de la historia fuera el más bien sobrio marqués Emilio Pucci de Barsento. Nacido en el seno de una de las familias con más solera de Florencia, se dice que Emilio Pucci desciende de personajes tan ilustres como Catalina la Grande y los Medici, hasta el punto de presumir de ser “el primer miembro de su familia que trabaja después de mil años”.

Esquiador habitual y diseñador de su propia equipación, fue su afición a la práctica de este deporte lo que le llevó, en 1947, a ser diseñador de moda. Más concretamente, cuando se encontraba esquiando conoció a la fotógrafa Toni Frissel la cual, ante los llamativos diseños del marqués le pidió que diseñara algunas prendas con el objetivo de retratarlas en una sesión fotográfica. Aquellos diseños gozaron de un éxito considerable, lo cual condujo a Emilio a diseñar otras prendas que no tardaron en llamar la atención de la alta sociedad asidua a Capri, Portofino y la Costa Azul.

Ante la incipiente demanda, Emilio Pucci decidió dedicarse en exclusiva al mundo del diseño y abrió una tienda, a principios de los cincuenta, en una calle que llevaba por nombre su propio apellido. Sus míticos estampados lo convirtieron, ya en los años 50, en un pionero del casual couture. Motivos florales o psicodélicos en llamativos colores, los estampados de Pucci encandilaron a la mismísma Jackie O. o a Marilyn Monroe, que fue incinerada “vestida” con uno de sus "Pucci".

La cinética y el caleidoscopio -muy presentes en otros movimientos artísticos de la época-, los cristales de colores y los motivos indios, con la popularización de la cultura hippie, se tornaron indispensables referentes de moda en la década siguiente. Por aquel entonces, la casa de moda diseñaba todo tipo de productos, desde alfombras o lencería y hasta porcelana y uniformes.

En los 90 se vivió un revival de la denominada puccimania que se extendió “por todos y cada uno de los rincones chic de América y Europa”. La revitalización de Pucci, que había caído prácticamente en el olvido durante los monocromáticos ochenta, se debió en gran medida a la incorporación de la hija de Emilio, Laudomia Pucci, al negocio familiar.

Ya en la década de los dosmiles, y siguiendo la tónica general del resto de las marcas, LVMH adquiere el 67% de la compañía y designa al modisto francés Christian Lacroix como director creativo de la firma, debutando con una colección de primavera/verano 2003.

Según el propio modisto, “siempre me he sentido mediterráneo, latino, más que francés”. El feliz matrimonio se prolonga hasta el año 2005, fecha en la que es sustituido por el británico Matthew Williamson. Tres años más tarde, y con Williamson centrado en desarrollar su propia colección, Peter Dundas, procedente de Ungaro , se pone al frente de Pucci. Según declara a Los Angeles Times, “me gusta pensar en la mujer Pucci como una aristócrata rebelde”. A tenor de la personalidad del marqués, no parece una estimación desencaminada.

En 2015 Peter Dundas se despide de Pucci. Tras años de turbulencias en los que el diseño de las colecciones recayó en un equipo interno, en 2021 el grupo LVMH decidió poner al frente de la dirección creativa a la francoitaliana Camille Miceli. Con una experiencia de más de 30 años a sus espaldas, Miceli venía de trabajar al frente de la joyería de Dior y junto Nicolas Ghesquière en el diseño de joyas, zapatos, bolsos, gafas de sol y otros accesorios de Vuitton.